Bloque 2: Textos folclóricos





TEXTOS FOLCLÓRICOS




Hermanos Grimm


EL FOLCLORE EN EL AULA


El folclore según Velasco Maillo (2011)

Es una ciencia dedicada al conocimiento, al saber de los saberes del pueblo. Pero con el tiempo este término ha sufrido algunos leves desplazamientos semánticos. Se ha ido cargando de ambigüedad y hoy folclore designa a la vez la ciencia y su objeto, es decir, el saber del pueblo y el saber, la ciencia que lo estudia.

El folclore es un proceso que varía y se adapta a las necesidades sociales del momento, sin embargo, hoy en día el folclore no hace parte de los intereses de la sociedad, ya que se considera como algo de otra época y la sociedad actual no se ve relacionada con ella.

No obstante, la escuela debe transmitir la herencia social a los alumnos, ya que para que una sociedad sea sólida es importante que no se olvide de sus raíces, de sus costumbres.

Hidalgo (2008) dice

Una de las funciones de la escuela es la transmisión de la herencia social. La educación debe de partir de las vivencias autóctonas y las raíces donde se asienta, abarcando distintas actividades folclóricas integrándolas en el proceso de enseñanza aprendizaje, enriqueciendo así al maestro, a los alumnos y a la comunidad.


Además, el folclore en educación infantil según Díaz (2002) va a desarrollar en los niños las siguientes destrezas:

·               Reconocimiento de nuestro propio cuerpo y su delimitación en el espacio
·               Reconocimiento del otro y el respeto a sus límites
·               Reconocimiento del entorno y de los recursos que nos sirven de provecho.


Como Carmen Bravo-Villasante dijo, “el folclore es alegría, canto, danza, juego y diversión. Es además, poesía metafórica y también imaginación fantástica. Cuando el niño todavía no sabe leer ni escribir, se divierte y aprende con las rimas folclóricas.”

Si observamos a los niños a partir de los dos años, podemos ver como éstos están cautivados por los juegos que le plantean el descubrimiento de la lengua, para ellos es fundamental que dentro del aula se recite adivinanzas, burlas, retahílas, poesías, etc. ya que por medio de la aproximación lúdica a los textos va a permitir que los niños de Infantil desarrollen de manera natural el gusto por la literatura y el folclore.

Sin embargo, para poder traer el folclore al aula es esencial que el maestro se interese también a ella, que la conozca para poder compartirla con sus alumnos. Ya que el principal problema no es que los niños no estén interesados en el folclore, sino que los adultos no se preocupan actualmente en inculcarles los valores de éste. Podemos ver, como hoy en día nuestra sociedad ha sufrido una gran transformación, al igual que nuestra forma de vivir, los cambios en la familia y por esta razón hay una necesidad para educar en folclore. Antiguamente, no era necesario que se educara en folclore ya que éste hacía parte de la vida cotidiana de cada persona.


Pelegrín, A. comenta lo siguiente,

Dos modos culturales invaden el espacio imaginativo-lúdico de la niñez: el tradicional, reflejo del pensamiento de sociedades anteriores, y el tecnológico, nuevo avance de una revolución industrial… Y si en los pueblos la balanza se inclina por los juegos tradicionales no ocurre igual con el niño de la ciudad obligado a vivir – especialmente en invierno – en un piso reducido, sin lugares para explorar y hostigado por los reclamos publicitarios.


En conclusión, considero que para el buen desarrollo de los niños es fundamental que estén en contacto con el folclore, es decir con sus raíces, esto le dará seguridad y confianza y le permitirá construirse sobre una fundación segura. Además, los cuentos orales son un  gran recurso lúdico y pedagógico, donde se le permite al niño desarrollar su imaginación, viajando a un mundo lleno de magia y fantasía. Para ello, el maestro evitará sus propias interpretaciones y la moralización paraliteraria.
Por medio de los textos folclóricos podemos desarrollar el placer por la lectura en los niños y crear lazos entre las generaciones pasadas y presente.





SELECCIÓN TEXTOS FOLCLÓRICOS


1.            Poesía popular infantil: El corro





EDAD:

4 años


JUSTIFICACIÓN:

Durante las prácticas, pude observar que a los niños les encantaba hacer juegos de corro, cogerse de las manos, sentirse unidos, cantando a la vez la misma canción.
Por medio del corro y el canto se ayuda a la socialización de los niños, ya que como lo señalan Calsamiglia y Tusón (2008) “el cantar canciones en grupo constituye una práctica social caracterizada por una serie de intercambios lingüísticos e interacciones corporales”.

Además, por medio de los corros, los niños se acercan a la música de manera activa y participativa. El hecho de cantar en movimiento favorece, además, el desarrollo psicomotor. Por medio de los juegos de corro se va a fomentar la participación y coordinación. Es decir, el niño cuando aprende a cantar en movimiento adquiere una respiración correcta. Al mismo tiempo, el niño aprende la canción sin aburrimiento.

No debemos olvidar que, el juego es la actividad más importante de los niños, ya que es a través de él que desarrollan sus capacidades físicas, mentales, sociales y le permite desarrollar de manera positiva su autoestima, convirtiéndose, por lo tanto, en la herramienta básica de aprendizaje infantil.
Además, en la etapa de representación preoperatoria (2-5 años), el niño aumenta su vocabulario a enorme velocidad, por consiguiente, los juegos de corro van a permitir a que se desarrolle su lenguaje oral.

Por medio del juego de corro, se desarrolla la coordinación psicomotriz y el equilibrio corporal, además de adquirir conocimientos musicales fundamentales de manera lúdica, lo que se adapta a la manera de aprender de edad temprana.

Asimismo, gracias a los juegos de corro, los alumnos/as desarrollan las siguientes capacidades: desarrollo la socialización, conocimientos musicales, agilidad, coordinación motora, lenguaje, memoria, rapidez, afecto, control postural en movimiento.





“Al corro de la patata
Comeremos ensalada
Lo que comen los señores
Naranjitas y limones
Achupé, achupé
Sentadita me quedé.”


CONTEXTO:

He elegido un corro porque la música folclórica es una música viva que representa y transmite valores estéticos y humanos.

Este corro, lo utilizaría en 2 actividades:

o   como actividad antes de comenzar a dar la bienvenida en la asamblea:

Al empezar a cantar este corro, los niños saben que tienen que acercarse y formar un círculo dándose la mano cada uno y cantar esta canción. En el momento que digamos “sentadita me quedé”, todos nos sentaremos en círculo para empezar a dar la bienvenida en la asamblea.

o   como actividad en clase de psicomotricidad:

Los niños forman un corro cogidos de la mano y mientras se canta la siguiente canción van dando vueltas. Canción: “Al corro de la patata, comeremos ensalada, lo que comen los señores, naranjitas y limones, achupé, achupé, sentadito me quedé”. En cada “achupé” se tiene que poner en cuclillas y al final sentarse en el suelo. El último que se siente quedará eliminado. Cada vez que se empieza una vuelta nueva, podemos hacer una ronda, por ejemplo, a la pata coja, saltando con los dos pies juntos, caminando despacito o más rápido.





2.   Cuento folclórico:

“El pescador y su mujer”



“El pescador y su mujer” (Grimm)

EDAD:

5 años

JUSTIFICACIÓN:

El cuento que he elegido, es “El pescador y su mujer” de los hermanos Grimm. Este cuento entra en la categoría de cuentos de hadas o maravillosos. Estos se caracterizan en la aparición de al menos un personaje mágico-fantástico, en este caso un pez que habla. Muchos de estos cuentos eran inventados y/o utilizados para enseñar al niño su cultura y su medio.
Además, he elegido este cuento porque como dijo Bettelheim “enriquece la vida interna del niño” sobre todo en nuestra sociedad actual centrada en el consumismo y en el materialismo. En este cuento, los niños experimentan qué es la codicia, el egoísmo, el amor, la obediencia, que son valores y contravalores propios de la vida de los seres humanos.

Según Bettelheim,

No hay nada que enriquezca y satisfaga tanto, al niño y al adulto, como los cuentos populares de hadas. En realidad, a nivel manifiesto, los Cuentos de Hadas enseñan bien poco de las condiciones específicas de la vida en la moderna sociedad. Sin embargo, de ellos se puede aprender mucho más sobre los problemas de los seres humanos; al estar expuesto en cada momento de su vida a la sociedad en que vive, el niño aprenderá sin duda a competir con las condiciones que lleva, suponiendo que sus recursos internos se lo permitan”.

Durante la etapa de pensamiento intuitivo (5 a 7 años), el niño tiene una vida imaginativa rica y abundante, que le ayuda a entender lo real y además tiene un concepto de moralidad absoluto.

Por medio de los cuentos de hada, el niño consigue dar forma a sus temores y conocerá la manera de dominarlo. Por lo tanto, considero que este cuento es apto para una clase de 5 años.


ADAPTACIÓN:

La única adaptación que haría de este cuento es el tipo de pez. El cuento narra que el pescador vivía a la orilla del mar y había pescado un barbo, el barbo es un pez de río y no de mar, sin embargo, existe el barbo de mar que es llamado salmonete, por lo tanto, cambio el nombre de barbo por salmonete.

Hubo un momento pensé en quitar parte de esta frase: “Le echó al agua y el barbo se sumergió en el fondo, dejando tras sí una larga huella de sangre, ya que a ciertos niños todo lo referido con la  sangre les puede asustar y temía que no comprendiesen. Sin embargo, decidí en no "censurarlo", pues pienso que los niños pueden preguntar si hay algo que les sorprenda y además también me he dado cuenta que los niños pueden entender mucho más de lo que creemos.
Por lo tanto, siguiendo los consejos que he encontrado en el tema del bloque 2, he decidido no preocuparme y dejarlo tal cual, ya que “un niño, cuando es pequeño, se fija en aquellos detalles que le llaman la atención, no globaliza y, en una primera audición, sólo puede responder a preguntas de forma memorística”.

En cuanto a la manera de contarlo, haré participar lo más posible a los alumnos por medio de preguntas y permitiré que las hagan, para tener en cuenta los alumnos.  Incorporo objetos (caña de pescar, una marioneta de pez cada vez que habla el pez), gestos, cambios de voz para cada personaje, subo y bajo el tono, grito de repente en ciertos momentos sin que se lo esperen. Además, les hago repetir conmigo la siguiente retahíla que aparece repetida varias veces en el cuento:

Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 


Por medio de mis actuaciones deseo mantener la atención, hacer que los niños participen en el cuento y ayudarles a desarrollar el placer por la lectura.
Al mismo tiempo, es importante hacerles reír, por ejemplo, cuando se llora porque el protagonista está triste o dar saltos de emoción cuando los protagonistas consiguen su objeto.


CONTEXTO:

En cuanto al contexto en el que realizaré la narración, lo llevaré a cabo en el rincón de la lectura como un cuento para compartir con ellos.


Aquí está el enlace  el pescador y su mujer.

A continuación, en azul indico las preguntas y ejemplos de intervenciones personales que haría utilizado al contar el cuento.


EL PESCADOR Y SU MUJER


Había una vez un pescador que vivía con su mujer en una choza, a la orilla del mar. El pescador iba todos los días a echar su anzuelo, y le echaba y le echaba sin cesar. y… ¿Qué se necesita para pescar? (Saco detrás mía: una caña de madera con el sedal y un anzuelo)

Estaba un día sentado junto a su caña en la ribera, con la vista dirigida hacia su límpida agua, cuando de repente y ¿Qué ocurrió? vio hundirse el anzuelo y bajar hasta lo más profundo y al sacarle tenía en la punta un barbo muy GRAN-…..DE, (en ese momento hago aparecer una marioneta de un pez)
el cual le dijo: -Te suplico que no me quites la vida; no soy un barbo verdadero, soy un príncipe encantado; ¿de qué te serviría matarme si no puedo serte de mucho regalo? Échame al agua y déjame nadar. 



-Ciertamente, le dijo el pescador, no tenías necesidad de hablar tanto, pues no haré tampoco otra cosa que dejar nadar a sus anchas a un barbo que sabe hablar. Le echó al agua y el barbo se sumergió en el fondo, dejando tras sí una larga huella de sangre. 

El pescador se fue a la choza con su mujer: -Marido mío, le dijo, ¿no has cogido hoy nada? 
-No, contestó el marido; he cogido un barbo que me ha dicho ser un príncipe encantado y le he dejado nadar lo mismo que antes. 
¿Cómo se habrá sentido el pescador de no haber pescado nada?

-¿No le has pedido nada para ti? -replicó la mujer. 

-No, repuso el marido; ¿y qué había de pedirle? 

-¡Ah! -respondió la mujer; es tan triste, es tan triste (frotando mis ojos con los puños, como si estuviera llorando) vivir siempre en una choza tan sucia e infecta como esta; hubieras debido pedirle una casa pequeñita para nosotros; vuelve y llama al barbo, dile que quisiéramos tener una casa pequeñita, pues nos la dará de seguro. 

-¡Ah! -dijo el marido, ¿y por qué he de volver? 

-¿No le has cogido, continuó la mujer, y dejado nadar como antes? Pues lo harás; ve corriendo. 

El marido no hacía mucho caso; sin embargo, fue a la orilla del mar, y cuando llegó allí, la vio toda amarilla y toda verde, se acercó al agua y dijo: 

Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 

(repetirlo varias veces y que los niños repitan conmigo)

(Y de repente ¿Qué ocurrió?) El barbo avanzó hacia él y le dijo: -¿Qué quieres? 

-¡Ah! -repuso el hombre, hace poco que te he cogido; mi mujer sostiene que hubiera debido pedirte algo. No está contenta con vivir en una choza de juncos, quisiera mejor una casa de madera. 

-Puedes volver, le dijo el barbo, pues ya la tiene.

Volvió el marido y su mujer no estaba ya en la choza, pero en su lugar había (¿Qué había?)  una casa pequeña, y su mujer estaba a la puerta sentada en un banco. Le cogió de la mano y le dijo: -Entra y mira: esto es mucho mejor.

Entraron los dos y hallaron dentro de la casa una bonita sala y una alcoba donde estaba su lecho, un comedor y una cocina con su espetera de cobre y estaño muy reluciente, y todos los demás utensilios completos. Detrás había un patio pequeño con gallinas y patos, y un canastillo con legumbres y frutas. -¿Ves, le dijo la mujer, qué bonito es esto? ¿Os gusta la nueva casa? ¿Por qué?

-Sí, la dijo el marido; si vivimos siempre aquí, seremos muy felices. 

-Veremos lo que nos conviene, replicó la mujer.

Después comieron y se acostaron. 

Continuaron así durante ocho o quince días, pero al fin dijo la mujer:: (¿Qué le habrá dicho?)-¡Escucha, marido mío: esta casa es demasiado estrecha, y el patio y el huerto son tan pequeños!... El barbo hubiera debido en realidad darnos una casa mucho más grande. Yo quisiera vivir en un palacio de piedra; ve a buscar al barbo; es preciso que nos dé un palacio. 

-¡Ah!, mujer, replicó el marido, esta casa es en realidad muy buena; ¿de qué nos serviría vivir en un palacio? (¿Pensáis que necesitan vivir en un palacio?)

-Ve, dijo la mujer, el barbo puede muy bien hacerlo. 

-No, mujer, replicó el marido, el barbo acaba de darnos esta casa, no quiero volver, temería importunarle.

-Ve, insistió la mujer, puede hacerlo y lo hará con mucho gusto; ve, te digo. 


El marido sentía en el alma dar este paso, y no tenía mucha prisa, pues se decía: -No me parece bien, -pero obedeció, sin embargo.. (bajo la cabeza como gesto de sumisión)


Cuando llegó cerca del mar, el agua tenía un color de violeta y azul oscuro, pareciendo próxima a hincharse; no estaba verde y amarilla como la vez primera; sin embargo, reinaba la más completa calma. El pescador se acercó y dijo: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 

(repetirlo varias veces y que los niños repitan conmigo)


(y… ¿Quién apareció?) (saco la marioneta del pez)-¿Qué quiere tu mujer? -dijo el barbo. 

-¡Ah! -contestó el marido medio turbado, quiere habitar un palacio grande de piedra. 

¿Qué le habrá dicho el salmonete? -Vete, replicó el barbo, la encontrarás a la puerta.

Marchó el marido, creyendo volver a su morada; pero cuando se acercaba a ella, vio en su lugar (¿Qué vio en su lugar?) un gran palacio de piedra. Su mujer, que se hallaba en lo alto de las gradas, iba a entrar dentro; le cogió de la mano y le dijo: -Entra conmigo. -La siguió. ¿Queréis saber cómo era el palacio? Pues nos cogemos de la mano y vamos a ver cómo era: Tenía el palacio un inmenso vestíbulo, cuyas paredes eran de mármol; numerosos criados abrían las puertas con grande estrépito delante de sí; las paredes resplandecían con los dorados y estaban cubiertas de hermosas colgaduras; las sillas y las mesas de las habitaciones eran de oro; veíanse suspendidas de los techos millares de arañas de cristal, y había alfombras en todas las salas y piezas; las mesas estaban cargadas de los vinos y manjares más exquisitos, hasta el punto que parecía iban a romperse bajo su peso. Detrás del palacio había un patio muy grande, con establos para las vacas y caballerizas para los caballos y magníficos coches; había además un grande y hermoso jardín, adornado de las flores más hermosas y de árboles frutales, y, por último, un parque de lo menos una legua de largo, donde se veían ciervos, gamos, liebres y todo cuanto se pudiera apetecer. 
(¿Qué os parece el palacio?) (¿Os gustaría añadir o quitar algo?)

-¿No es muy hermoso todo esto? -dijo la mujer. 

-¡Oh!, ¡sí! -repuso el marido; quedémonos aquí y viviremos muy contentos. 

-Ya reflexionaremos, dijo la mujer, durmamos primero; y nuestras gentes se acostaron.

A la mañana siguiente despertó la mujer siendo ya muy de día y vio desde su cama la hermosa campiña que se ofrecía a su vista; el marido se estiró (hacer el movimiento de estirarse); al despertarse; diole ella con el codo (hacer el gesto) y le dijo: 

-Marido mío, levántate y mira por la ventana; ¿ves?, ¿no podíamos llegar a ser reyes de todo este país? Corre a buscar al barbo y seremos reyes.. (¿Por qué quiere la mujer que sean reyes?)

-¡Ah!, mujer, repuso el marido, y por qué hemos de ser reyes, yo no tengo ganas de serlo. 


-Pues si tú no quieres ser rey, replicó la mujer, yo quiero ser reina. Ve a buscar al barbo, yo quiero ser reina.

-¡Ah!, mujer, insistió el marido; ¿para qué quieres ser reina? Yo no quiero decirle eso. 

-¿Y por qué no? -dijo la mujer; ve al instante; es preciso que yo sea reina. 
El marido fue, pero estaba muy apesadumbrado de que su mujer quisiese ser reina. No me parece bien, no me parece bien en realidad, pensaba para sí. No quiero ir (¿Por qué no quiere ir? ¿Qué pensáis que habrá hecho, habrá ido o no?); y fue, sin embargo. (¿Por qué fue si no quería ir?)

Cuando se acercó al mar, estaba de un color gris, el agua subía a borbotones desde el fondo a la superficie y tenía un olor fétido; se adelantó y dijo: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece; 
es preciso darla lo que se merece. 

(repetirlo varias veces y que los niños repitan conmigo)



-¿Y qué quiere tu mujer? -dijo el barbo.

-¡Ah! -contestó el marido; quiere ser reina. 

-Vuelve, que ya lo es, replicó el barbo. 

Partió el marido, y cuando se acercaba al palacio, vio que (
¿Qué vio?) se había hecho mucho mayor y tenía una torre muy alta decorada con magníficos adornos. A la puerta había guardias de centinela y una multitud de soldados con trompetas y timbales. Cuando entró en el edificio vio (¿Os gustaría visitar este palacio?, pues nos cogemos de nuevo de la mano) por todas partes mármol del más puro, enriquecido con oro, tapices de terciopelo y grandes cofres de oro macizo. Le abrieron las puertas de la sala: toda la corte se hallaba reunida y su mujer estaba sentada en un elevado trono de oro y de diamantes; llevaba en la cabeza una gran corona de oro, tenía en la mano un cetro de oro puro enriquecido de piedras preciosas, y a su lado estaban colocadas en una doble fila seis jóvenes, cuyas estaturas eran tales, que cada una la llevaba la cabeza a la otra. Se adelantó y dijo:

-¡Ah, mujer!, ¿ya eres reina? 

-Sí, le contestó, ya soy reina. 

Se colocó delante de ella y la miró, y en cuanto la hubo contemplado por un instante, dijo: 

-¡Ah, mujer!, ¡qué bueno es que seas reina! Ahora no tendrás ya nada que desear. 

-De ningún modo, marido mío, le contestó muy agitada; hace mucho tiempo que soy reina, quiero ser mucho más. Ve a buscar al barbo y dile que ya soy reina, pero que necesito ser emperatriz. 
(¿Por qué pensáis que quiere ser emperatriz?)

-¡Ah, mujer! -replicó el marido, yo sé que no puede hacerte emperatriz y no me atrevo a decirle eso. (¿Por qué no se atreve?)

-¡Yo soy reina, dijo la mujer, y tú eres mi marido! Ve, si ha podido hacernos reyes, también podrá hacernos emperadores. Ve, te digo. 

Tuvo que marchar; pero al alejarse se hallaba turbado y se decía a sí mismo: No me parece bien. ¿Emperador? Es pedir demasiado y el barbo se cansará. 
(¿Por qué al marido no le parece bien pedirle al salmonete lo que le pide su mujer?)

Pensando esto vio que el agua estaba negra y hervía a borbotones, la espuma subía a la superficie y el viento la levantaba soplando con violencia, se estremeció, pero se acercó y dijo: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 

(repetirlo varias veces y que los niños repitan conmigo)



(Saco la marioneta de pez)-¿Y qué quiere? -dijo el barbo. 

-¡Ah, barbo! -le contestó; mi mujer quiere llegar a ser emperatriz. 

(¿Qué le responderá el salmonete?)-Vuelve, dijo el barbo; lo es desde este instante.

Volvió el marido, y cuando estuvo de regreso,
(¿Con qué se encontró?) todo el palacio era de mármol pulimentado, enriquecido con estatuas de alabastro y adornado con oro. Delante de la puerta había muchas legiones de soldados, que tocaban trompetas, timbales y tambores; en el interior del palacio los barones y los condes y los duques iban y venían en calidad de simples criados, y le abrían las puertas, que eran de oro macizo. En cuanto entró, vio a su mujer sentada en un trono de oro de una sola pieza y de más de mil pies de alto, llevaba una enorme corona de oro de cinco codos, guarnecida de brillantes y carbunclos; en una mano tenía el cetro y en la otra el globo imperial; a un lado estaban sus guardias en dos filas, más pequeños unos que otros; además había gigantes enormes de cien pies de altos     (A ver cómo de altos eran…levantando los brazos, lo más alto posible)y pequeños enanos que no eran mayores que el dedo pulgar (¿Cómo de pequeños eran? indico el pulgar). 

Delante de ella había de pie una multitud de príncipes y de duques: el marido avanzó por en medio de ellos, y la dijo: 

-Mujer, ya eres emperatriz. 
-Sí, le contestó, ya soy emperatriz. 

Entonces se puso delante de ella y comenzó a mirarla
(imito una mirada de admiración) y le parecía que veía al sol. En cuanto la hubo contemplado así un momento: 

-¡Ah, mujer, la dijo, qué buena cosa es ser emperatriz! 

Pero permanecía tiesa, muy tiesa
(me pongo muy tiesa y seria) y no decía palabra.

Al fin exclamó el marido: 

-¡Mujer, ya estarás contenta, ya eres emperatriz! ¿Qué más puedes desear? 

-Veamos, contestó la mujer. 

-Ya veremos, contestó la mujer. 

Fueron enseguida a acostarse, pero ella no estaba contenta
(pero ¿Por qué no estaba contenta si ya tenía todo lo que quería?); la ambición la impedía dormir y pensaba siempre en ser todavía más. 

El marido durmió profundamente; había andado todo el día, pero la mujer no pudo descansar un momento; se volvía de un lado a otro durante toda la noche, pensando siempre en ser todavía más; y no encontrando nada por qué decidirse. Sin embargo, comenzó a amanecer, y cuando percibió la aurora, se incorporó un poco y miró hacia la luz, y al ver entrar por su ventana los rayos del sol... 

-¡Ah! –pensó; (¿Qué habrá pensado?) ¿por qué no he de poder mandar salir al Sol y a la Luna? Marido mío, dijo empujándole con el codo, ¡despiértate, ve a buscar al barbo; quiero ser semejante a Dios!  (¿Por qué querrá ser como Dios?)

El marido estaba dormido todavía, pero se asustó de tal manera, que se cayó de la cama. Creyendo que había oído mal, se frotó los ojos
(imito que me froto los ojos) y preguntó: 

-¡Ah, mujer! ¿Qué dices? 

-Marido mío, si no puedo mandar salir al Sol y a la Luna, y si es preciso que los vea salir sin orden mía, no podré descansar y no tendré una hora de tranquilidad, pues estaré siempre pensando en que no los puedo mandar salir. 

Y al decir esto le miró con un ceño tan horrible, que sintió bañarse todo su cuerpo de un sudor frío. 

-Ve al instante, quiero ser semejante a Dios. 

-¡Ah, mujer! -dijo el marido arrojándose a sus pies; el barbo no puede hacer eso; ha podido muy bien hacerte reina y emperatriz, pero, te lo suplico, conténtate con ser emperatriz. 

Entonces echó a llorar; (
lloro y hago movimiento de la cabeza) sus cabellos volaron en desorden alrededor de su cabeza, despedazó su cinturón y dio a su marido un puntapié (hago el gesto de dar un puntapié) gritando: 

(gritando y llorando al mismo tiempo) --No puedo, no quiero contentarme con esto; marcha al instante.  ¿El marido y la mujer se comportan de la misma manera? ¿Qué diferencias hay entre el marido y la mujer? ¿A quién os gustaría pareceros?

El marido se vistió rápidamente y echó a correr, como un insensato. 

Pero la tempestad se había desencadenado y rugía furiosa
(hacer el ruido de la tempestad); las casas y los árboles se movían (mover los brazos); pedazos de roca rodaban por el mar (movimiento de brazos “rodando”), y el cielo estaba negro como la pez; tronaba, relampagueaba y el mar levantaba olas negras tan altas como campanarios y montañas, y todas llevaban en su cima una corona blanca de espuma. Púsose a gritar, pues apenas podía oírse él mismo sus propias palabras: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 

(Repitiendo varias veces con los niños)


(Enseño la marioneta del pez)-¿Qué le habrá preguntado el pez? -¿Qué quieres tú, amigo? -dijo el barbo. 

-¡Ah, contestó, quiere ser semejante a Dios!

(¿Qué le habrá respondido el salmonete?) --Vuelve y la encontrarás en la choza.. (¿Por qué le da la choza si su mujer quería ser como Dios?)

Y a estas horas viven allí todavía.

(Colorín, colorado este cuento se ha acabado ¿Cómo se habrá sentido la mujer al encontrarse en la choza?)



3.   Teatro folclórico:

“Los tres cerditos”



JUSTIFICACIÓN:

He elegido el cuento de “Los tres cerditos” para poder adaptarlo al teatro realizado por los alumnos.  La razón por la cual he elegido “Los tres cerditos” es porque esté cuento se adapta a la etapa del pensamiento intuitivo. Según Bruno Bettelheim en su libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas, destaca la simbología que encierran los personajes de este cuento y las acciones que realizan a favor del proceso de crecimiento y desarrollo de la personalidad de los más pequeños. Justamente en esta etapa se desarrolla el concepto de identidad individual y su autoestima. Además, Bettelheim opina que el niño identificándose con cada uno de los tres cerditos, comprende que las personas evolucionan y que el crecimiento tiene grandes ventajas, ya que el tercero y mayor de ellos es quien finalmente vence al enemigo gracias al trabajo, la inteligencia y la planificación racional.   

¿Por qué traer el teatro al aula?

El teatro ayuda a los niño/as en la mejora del lenguaje, de la compresión y especialmente de la expresión. Amplían su vocabulario; mejora la pronunciación, entonación y vocalización; permite conocer su voz aguda, grave, fuerte y débil.
Impulsa a los niños/as más tímidos a ir perdiendo poco a poco ese miedo a relacionarse con los demás o a hablar en público y a aceptarse a sí mismo, por lo tanto, se está propiciando a una buena socialización, autoestima y autonomía personal.

Durante la etapa del pensamiento intuitivo, en la que se encuentra un niño/a de seis años, es el momento cuando desarrolla el concepto de identidad individual y su autoestima, por lo que vemos el teatro ayuda al niño/a en su desarrollo social, de su autoestima y su autonomía.
Además, enfatiza la cooperación y el trabajo en equipo y les hace sentir que forman parte de un grupo de iguales.

La dramatización influye positivamente en la expresión corporal y gestual; en la comprensión de su cuerpo (de cada una de sus partes: los brazos, las piernas, la 2 cabeza, sus ojos), de sus posibilidades de acción y sus limitaciones. Y en la creatividad y originalidad de actuación, de expresión plástica y musical. Potencia el desarrollo psicomotor y el movimiento espacial, es decir, la lateralidad y el desenvolvimiento con confianza y seguridad en el medio. Toda representación teatral da lugar a que los niños/as sean críticos consigo mismos y los demás, a que se sientan libres, a conocer el mundo que les rodea (con cada valor o tema que se trata en la representación); y por tanto a conocer las manifestaciones y los valores de la cultura de su sociedad e interiorizarlos poco a poco configurando, de esta manera, su moral y personalidad.

ADAPTACIONES:

He adaptado este cuento a una obra teatral llevada a cabo por niños/as de 6 años. Para poder mantener la atención de los espectadores, que son los mismos alumnos/as del aula, he tenido que añadir preguntas para hacer participar al público, de esta manera se da más vida a la obra y se disfruta más viéndola como realizándola. Además, he incorporado diálogos que no estaban en el cuento de referencia, por el hecho de animar más el espectáculo.


CONTEXTO:

Después de haber contado varias veces a los niños el cuento “Los tres cerditos”, se decide con los alumnos durante la asamblea, de llevar a cabo una obra de teatro por los niños.
Pero ¿De qué manera podría hacer que todos los alumnos participen? Es cierto que seguramente, me encontraré en el aula con alumnos que les guste actuar, otros organizar el decorado, otros ser espectadores.
Por lo tanto, poco importa que no todos quieran actuar, pero todos podrán participar en la elaboración de la obra teatral. Para ello, los niños deben ser conscientes y partícipes de los
papeles que lleva comprendido el desarrollo de la obra, siendo:

Autor: Su cargo consiste básicamente en ofertar ideas, temas o escenas y cambiar lo que parezca conveniente para producir las situaciones de forma bonita.

Actor: Su ocupación es escoger el personaje de la obra, para que éste se acomode al perfil del personaje durante la representación teatral.

Escenógrafo: es el encargado de organizar el decorado de la obra.

Espectador: también conocido como público. Se encargará de evaluar el desarrollo de la obra y de los personajes desde el respeto y resaltado tanto lo positivo como lo negativo.

Y en el caso de que todos quieran participar en la obra, pues se inventan simplemente otros personajes que no se mencionan en la historia, como el vendedor de paja, el leñador, etc.

En cuanto al papel del maestro/a será el de profesor-animador. Por ello, deberá enseñar a los alumnos a actuar, a cooperar entre ellos, a desarrollar su libertad de expresión y su creatividad y originalidad. Al mismo tiempo deberá ayudará al alumno a ser crítico consigo mismo y con los demás, respetando cada papel de la obra y a cada compañero. 

Otro papel del profesor-animador es el de procurar conseguir que los niños/as salgan de la rutina y sepan disfrutar del teatro tanto de espectador como de actor.
Otra función importante de la parte del docente es la de compartir información, opiniones, ideas, críticas, con el resto de profesionales del centro para que de esta manera florezca la innovación, la creatividad, nuevas opiniones, ideas, cambios, investigaciones y expectativas. De esta manera se enriquece, además, la relación entre el equipo de profesionales.

Además, el docente debe saber detectar cualquier problema o conflicto que pueden surgir día a día debido a la interacción entre los alumnos/as, como puede ser la marginación, intimidación, timidez, frustración, aburrimiento.
Si el profesor/a intenta englobar todos estos puntos conseguirá ser un profesional y además conseguirá que un grupo de niños/as compartan una ilusión, una formación, educación y una amistad de grupo.

Aquí os pongo el enlace del cuento: http://ciudadseva.com/texto/los-tres-cerditos/


 EDAD:


6 años



Teatro de los tres cerditos




Narrador:

Antes de empezar el cuento, os voy a presentar los personajes de este cuento.
Este es el cerdito pequeño.

Cerdito pequeño: -¡Hola! soy el cerdito pequeño y lo que me gusta hacer es dormir, dormir todo el día.  ¿Os gusta dormir?

Narrador: -Aquí viene el Cerdito mediano.

Cerdito mediano: - ¡Hola! Soy el Cerdito mediano y lo que me gusta es comer, comer mucho y sobre todo naranjas ¿Os gusta comer naranjas?

Narrador: -Y aquí os presento al Cerdito mayor

Cerdito mayor: - ¡Buenos días! Soy el Cerdito mayor. A mí me gusta mucho trabajar.

Narrador: -Pero, en aquel bosque vivía también otro animal que tenía mucho pelo y unas garras muy afiladas ¿Sabéis quién es? ¡Sí, el lobo! ¡Qué miedo! ¡Ahí viene el lobo!

Lobo: -¿Sabéis quién soy? Lo que a mí me gusta, son los cerditos, bien asaditos con patatas fritas.

Narrador: -Ahora, os voy a contar la historia… Érase una vez tres hermanos cerditos que vivían en una cabaña en el bosque con sus padres. Los cerditos eran mayores y no había mucho sitio en la cabaña, así que los padres decidieron algo ¿Sabéis el qué? Tuvieron que pedirles a sus hijos de irse de la casa y construir sus propias casas. Los tres cerditos se despidieron de sus padres y empezaron a buscar un lugar donde construir sus casas.

Cerdito mayor: - ¡Mirad, qué bonito lugar! Este es un buen lugar perfecto para construir nuestras casas.

Cerdito pequeño: - Uuff! Por fin, yo lo que necesito es tomarme una buena siesta…y la verdad es que no tengo ganas de ponerme a construir una casa, eso cansa mucho. A mí lo que me gusta hacer es dormir….

Cerdito mediano: - ¡Qué hambre tengo! Llevo una hora sin comer, antes de construirme una casa voy a ver si encuentro unas frambuesas por aquí. ¿Habéis visto frambuesas? (preguntando a los espectadores)

Narrador: Pero, se oyen unos aullidos, ¿Quién hace estos aullidos? ¡El lobo!

Cerdito mayor: -¡No! Ahora no es el momento de dormir ni de comer, tenemos que construirnos una casa cada uno, para protegernos del lobo que se está acercando.

Cerdito pequeño: - Pues yo no temo al lobo, pero bueno… por si acaso… voy a construirme una casa, me haré la casa de paja.  Es más fácil, la construyo en 1 minuto y de esta manera podré dormir rápidamente.

Cerdito mediano: - La verdad que yo tampoco tengo miedo al lobo, pero pienso que sí es buena idea de construirme una casa, pero, ¿Con qué me haré la casa? ¡Sí! Con madera, muy buena idea, así no tardaré mucho en hacerla y luego podré comerme unas buenísimas manzanas.

Cerdito mayor: - Pues yo, sí que le tengo miedo al lobo y como me gusta trabajar mucho, prefiero construirme una casa de ladrillos y cemento. ¿Tardaré más en construirla que mis hermanos? Sí, pero al menos estaré más protegido.

Narrador: Después de un día de mucho trabajo el cerdito mayor acabó de construir una casa preciosa. Los aullidos se oían cada vez más cerca. Y ¿Quién se acerca hambriento a la casa de los tres cerditos? ¡Sí! El Lobo, que se dirige a la casa de cerdito pequeño que dormía tranquilamente.  Y llama a la puerta.

Lobo: -¡Ábreme la puerta! ¡O soplaré y tu casa tiraré!

Narrador: El cerdito pequeño, saltó asustado de su cama.

Cerdito pequeño: -¡No te tengo miedo! ¡No te abriré!



Narrador: El lobo hambriento, sopló, sopló y derrumbó la casa de paja. Entonces, el cerdito, temblando de miedo empezó a correr y el lobo lo siguió corriendo detrás de él y ¿Dónde fue? Sí, a la casa de madera de su hermano mediano. El lobo delante de la casa de madera llama a la puerta.

Lobo: -¡Ábreme la puerta! ¡O soplaré y tu casa tiraré!

Cerdito segundo: - ¡Vete de aquí lobo! ¡No te abriré la puerta! Y además no podrás derrumbar esta casa que está hecha de madera.


Lobo: -¿Ah no? Pues ya veremos…

Narrador: El lobo sopló y sopló y aunque la casa de madera aguantó mucho más que la casa de paja, al final el lobo la derrumbó.
Cerdito mediano: -¡Corre cerdito pequeño, vayamos a la casa del cerdito mayor!

Narrador: Salieron los dos cerditos asustados, perseguidos por el lobo hambriento y entraron en la casa de ladrillos. El lobo llegó delante de la casa de ladrillos y llamó a la puerta.

Lobo: -¡Ábreme la puerta! ¡O soplaré y tu casa tiraré!

Cerdito mayor: - ¡Sopla todo lo que quieras, pero no abriré! Esta casa no podrás derrumbarla porque he trabajado mucho para que resista a tus soplos.

Lobo: - ¡Ya veremos!

Narrador: El lobo convencido de que podía derrumbarla ¿Qué hizo? Sí, sopló ¿A ver cómo sopláis? Sopló y sopló, pero la casa no se movió.

Lobo: - Estoy agotadísimo y ya no me queda más aire, pero continuaré hasta conseguir destruirla. Voy a ver si puedo entrar por otro lugar ¡Una chimenea! Si tan solo puedo encontrar unas escaleras ¿me ayudáis a encontrarlas? ¡Ah, sí! ¡Aquí hay unas escaleras! ¡Ja, ja, ja! ¡Silencio chicos, porque los cerditos me van a ver!

Cerdito mayor: - ¡Oh no! El lobo está subiendo por el tejado para entrar por la chimenea. ¡Rápido, pongamos el caldero con agua hirviendo en la chimenea!

Cerdito pequeño: - ¡Que esto pesa y estoy muy cansado!

Cerdito mediano: - ¿Ya es la hora de comer? ¡Qué bien! porque tanto correr me ha abierto el apetito.

Cerdito mayor: - ¡Venga no hay tiempo que perder! El lobo va a bajar por la chimenea y al final caerá en el caldero con agua hirviendo.

Narrador: El lobo sin saber lo que tramaban los cerditos, bajó y al acercarse por la chimenea acabó quemándose con el agua caliente.

Lobo: - ¡Ah! ¡Me he quemado, nunca más volveré por aquí!

Cerdito pequeño y Cerdito mediano: -Muchas gracias Cerdito mayor, ahora sabemos que solo se consiguen las cosas trabajando. Construyamos cada uno una casa de ladrillos.

Narrador: Los cerditos muy felices, empezaron a cantar ¿Quién teme al lobo feroz? A ver vamos a cantar juntos esta canción.

Narrador: Se pusieron manos a la obra y construyeron otras dos casas de ladrillos y nunca más tuvieron problemas con ningún lobo.

Colorín, colorado este cuento se ha acabado.
Preguntas:

¿Qué da más trabajo, hacer una casa de paja, de madera o de ladrillo?
De las tres en ¿Qué casa os gustaría vivir? ¿Por qué?
¿Por qué se enfadó el lobo?
¿Si tu hermano/a o un amigo estaría perseguido por el lobo feroz, le abrirías la puerta? ¿Por qué?
¿Por qué se cayeron las casas de paja y madera?
¿Por qué no se cayó la casa de ladrillos?
¿Qué es mejor: tomarse el tiempo para hacer bien las cosas o hacerlas rápidamente? ¿Por qué?


BIBLIOGRAFÍA:

Bettelheim, B. 1994. Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Grijalbo Mondadori. Barcelona.        España

Casanueva, M. (1994). La huella del folclore en la literatura infantil. Escuela Universitaria de     Magisterio. Universidad de Salamanca. Recuperado de            https://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/69142/1/La_huella_del_folclore_en_l      a_literatura_.pdf


Domínguez, S. (2010). El teatro en Educación Infantil. Temas para la Educación. Nº7 marzo        2010. Recuperado de: https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd6972.pdf

Grimm. El pescado y su mujer. Recuperado de:        https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/el_pescador_y_su_mujer

Juegos psicomotores para niños de 4-6 años de edad. (2010). Temas para la Educación. Recuperado de: https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd7261.pdf

Lopez, R. El folklore en Educación Infantil. Universidad de Valladolid. Recuperado de       https://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/2711/1/TFG-G%20121.pdf

Los tres cerditos. Anónimo: Cuentos Folclóricos. Recuperado de:    http://ciudadseva.com/texto/los-tres-cerditos/


Mendivil, L. (2017) Canciones e interacciones en educación inicial. Recuperado de:             http://www.periodicos.udesc.br/index.php/orfeu/article/view/11056/7419

Tejerina, I. Literatura infantil y formación de un nuevo maestro. Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/literatura-infantil-y-formacin-de-un-     nuevo-maestro-0/html/003f3304-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html


Comentarios

  1. ¡Hola!

    Ante todo decirte que me ha encantado la idea que has tenido de poner citas para hacer aclaraciones sobre los conceptos que trabajamos en este bloque, pero tras leerme tu entrada he de decirte que creo que le faltan un par de cosas: en primer lugar hay que analizar tres textos y en su entrada solo he podido leer uno, no vi conclusión ni tampoco la bibliografía.

    En el párrafo inicial creo que te habrás emocionado al empezar y se te paso la primera mayúscula al comienzo del párrafo, pero es un despiste que la hace la ganas de escribir las grandes ideas por ello te lo menciono por si no te habías dado cuenta.

    Para terminar he de decir que estoy contigo en la importancia que tienen los corros para los niños y que a través de ellos se pueden hacer muchas cosas, por ello en mi entrada también e cogido el juego del corro de la patata, ya que es un juego que en mi infancia también le disfrute y tras haber analizado el mismo juego, a parte de todo lo que ya mencionas que desarrollan, te añado la coordinación entre el cuerpo y la mente, ya que para cantar a la vez que te mueves es una habilidad que a través de este juego también se desarrolla.

    Animo y espero haberte ayudado para que te quede una entrada perfecta.

    Un saludo.

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    1. Hola!
      Muchas gracias por tus comentarios, el trabajo no lo tenía acabado, ya lo acabo de finalizar. Normalmente la fecha de entrega es para el 14 de marzo y es a partir de esa fecha que podemos comentar el trabajo de un compañero.

      Muchas gracias y un saludo,

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    2. Hola Mónica, pensé que había sido un despiste por eso comente, no pensé en ese momento que alomejor no estaba terminado.

      Lo siento, espero que al menos te sirviera algo de lo que te dije :)

      Un saludo.

      Eliminar
  2. Hola!

    Al contrario te agradezco tus comentarios, porque ayudan a mejorarse. Ya lo he terminado ¿Que te parece si le echas un vistazo y me das tu opinión sobre lo que tengo que modificar?
    Muchas gracias y un saludo,

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    1. Hola Mónica! No pude volver a meterme pero me encanta como has terminado tu trabajo. Enhorabuena :)

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